viernes, 19 de agosto de 2011

El chamamé de los Hermanos Núñez

Un largo camino ha recorrido el chamamé en este país que lo vio nacer.

Desde aquellos sones de “El rancho de la cambicha” y el sonido que sólo servía para bailar, zapatear y lanzar gritos de guerras al aire (los famosos sapucay) hasta llegar al Chango Spasiuk pasó mucha agua bajo el puente.
Ya no es más ‘ja-ja ja-já’ y ‘jo-jo jo-jó’.
Hoy es un estilo que se puede escuchar no sólo en Mercedes, Corrientes sino en lugares como Nueva York y que se comenta en revistas como la Billboard.
Ya no están esas historias truculentas sino la poesía profunda y emotiva que traspasa el alma de Marito Boffil que incluyen las pequeñas tragedias (la chica pide plata al novio y se va a la Capi’ y el tipo queda esperando: ‘chau tu plata’ dice la canción… una maravilla).
Y aun así hay que aclarar que esto tuvo sus primeros atisbos hace 20 años cuando Pocho Roch se largaba a decir y contar algo a través de este sonido.
El chamamé se recibió de música grande en el folclore nacional.
Hoy, cuando otras expresiones del mismo tenor languidecen en forma de boleros y música romántica (¿qué es si no el traspaso de la zamba al sonido ‘nochero’?) el chamamé sigue sonando genuino, puro, auténtico y con más polenta que nunca.
La juventud de estas tierras (todo Corrientes y Misiones) se apoderó con furia de sus compases y le dio un toque siglo XXI que demostró estar con la salud intacta. Y es capaz de meterle guitarras eléctricas, bajo, batería y lo que surge sigue siendo el auténtico, arisco y maravilloso chamamé que todos aprecian cada vez más.
Y para que no queden dudas de qué trata, el nuevo disco de Los Nuñez y Ruiz Guiñazú se llama así: Chamamé.
Los hermanos Nuñez son oriundos de Misiones (Campo Viera) y traen el chamamé en su sangre; Chacho Ruíz Guiñazú, mendocino de nacimiento y cordobés.
“Queremos abrazas a todos con estos sonidos de nuestra madre tierra –dicen en la presentación del disco-. Al público que siempre nos llena el alma con sus aplauso , a nuestras familias que siempre están presentes, a Campo Viera lugar donde vimos la luz y aprendimos a querer la tierra, la música, la naturaleza y el amor por estos sonidos”.


De eso se trata, pues.


Pocas canciones: salvo Mi pequeño amor (canción guaraní), lo demás es sonido puro, sin intermediación de la voz.
Y está Pindovy (tema 1), Tropero y acordeonista (tema 3) o el pegadizo El Alemán. Y también el tema 9 La Serruchada.
El CD viene con un bonus: dos videos, Primera cebada y Pindovy.
Hay una galopa Cuando sale el sol y el schotis Colonia Alberdi que aportan lo suyo.
Un chamamé bien vivo en el Nordeste

El doctor trae unas medicinas para la tristeza

Ahí viene el Doctor Casas, toma el piano y lanza unos compases bluseros tremendos.


Son los mismos que hace 30 años utilizaba un negro de vozarrón impresionante y que tocaba la trompeta. Se llamaba Louis Armstrong y le decían Satchmo.

Y comenzaba cantando: “I went down to the St. James Infirmary I saw my baby there Streched out on a cold white table, So sweet, so cold, so fair”.

Hoy Satchmo ya no está más en éste que él consideraba “What a wonderful world” y anda con su trompeta por otros pagos.

Pero Hugh Laurie insiste en que el jazz y el blues merecen otra oportunidad.

“Como cantante es muy buen actor”, dirá algún cínico por ahí.

Sin embargo, Let them talk merece un destaque.

Es verdad, el que todos conocen como el Dr House de la serie tenía este berretín: hacer música de negros.

Y el homenaje le sale bien.

Él mismo lo advierte: “No nací en Alabama en 1890. Puede que ya se hayan dado cuenta. No me alimenté con polenta ni coseché para un patrón, o anduve montado en un vagón de tren. Ninguna gitana le vaticinó algo alguna vez a mi madre cuando nací, y no hay ningún bicho satánico en mi camino… hasta donde sé. Dejen que este disco muestre lo que en realidad soy: un inglés de clase media, transgrediendo abiertamente las melodías y la música del mítico sur americano”.

Más claro, échele Coca Cola.

Amigos un disco de blues en el siglo XXI parece un despropósito. Es como pensar un disco de tangos ¡con guitarras! Interpretado por un gallego (pero no de Galicia, sino de cualquier parte de España).

no me gusta mucho la voz que tiene para blues. Aunque no canta mal. Además me cuesta mucho abstraerme del personaje, lo escucho y me parece que esta cantando un tema dentro de un capítulo del programa. Lo mismo me pasó cuando leí la novela que él escribió.

Es verdad: su voz no llega a las pantorrillas de Louie pero se defiende. Y después está la selección de temas y la calidad de los acompañantes: el guitarrista canadiense Kevin Bright sobresale junto al Steel-guitar Greg Leisz. El baterista es muy bueno y la tristeza infinita de Buddy Bolden’s Blues (homenaje al padre del Jazz, dice Laurie) o el Six cold feet donde el saxo tenor de Levon Henry la “rompe”.

En After you’ve gone el piano del propio House, perdón Laurie, junto al violín de Craig Eastman se destacan maravillosamente.

O Irma Thomas en John Henry o la vibrante Swanee River un old fold de 1851! Maravilloso, con piano, palmas y una tabla de lavar.

No se puede dejar de recomendar este maravilloso álbum, un homenaje a la música de Estados Unidos con todos los matices que puedan imaginarse

lunes, 15 de agosto de 2011

No es un seleccionado, pero la pasamos ¡boom-ba!

Ahí estamos!
Son dos fiestas al año.
Una en pleno invierno (Gladys cumple el 10) y la mía que es a fines de noviembre (casi siempre, calor).
Y la pasamos más que bien.
El plantel de participantes es bastante estable.
Ahí están posando algunos "jugadores".
(De izq a Der.) Omar Azerrad (acuclillado), Pepe y Luisa Arenhardt, María Isabel Ghiglione, Esteban Romagosa, Ego, Gladys, Elida Árenhardt de Romagosa y Luis Arenhardt (cuñado... hay uno solo...ja-ja). Las reuniones se estiran hasta altas horas y los comentarios son interminables. Esto sería por mis primeros 50 años, nada menos.

Buenas épocas: un poco de auto-mimo

No puedo recordar de cuándo data esta foto.
Sólo puedo decir el "dónde".
Mar del Plata.
Aliado de la pareja y la familia.
Se nos ve bien, ¿verdad?
¿Cuántos años tendríamos?
Gladys unos 35 a 37 y yo entre 38 y 41.
En fin... ahora las arrugas y los kilos sobran.
En ese momento, posamos y no nos dimos cuenta lo bien que estábamos (en el buen sentido de la palabra, no?)

Cuando las chicas se disfrazaron de ucranianas

Cuando mis hijas Gilda y Antonela se disfrazaron de ucranianas e integraron el ballet de la comunidad... fue hace mucho tiempo
Como se sabe Misiones tiene una fuerte presencia de estos eslavos provenientes del centro de Europa y a los que se los fusiona (junto a los procedentes de Polonia y los de Galitzia) bajo el común denominador de "Polacos".
Ahí estuvieron con sus pintorescas vestimentas y sus danzas saltarinas.
Duró un tiempo. Y quizá, más bien, ellas ni lo recuerden más allá de esta foto rescatada de algún álbum perdido.

miércoles, 1 de junio de 2011

Cambio de rumbo: el otro lado del mostrador

Que hacer cuando se deja el trabajo de periodista, pero se pasa a ser el encargado de prensa?
Bueno, en esa estamos.
Estos dias Adepa critico los blogs.
Dos temas y una sola persona.
Solo quisiera imaginarme que diria mi amigo Hernan CAsciari, o sea el mejor bloguero del mundo.
Quiza el se fumaria un porro, pero como yo no lo hago a lo sumo le empujaria un buen malbec.
No creo que ayude, pero bueno: es lo que hay.
Deje el diario donde estuve 19 anios. Y se vienen nuevos desafios.
Hacer prensa.